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jueves, 26 de noviembre de 2015

Ruptura Democrática en Chile, Partido Frente de Izquierda y MPSA. Por Diego Ramírez.


La Ruptura Democrática (RD) en Chile necesita adecuarse a su contexto nacional, y ya pasados dos años del Gobierno de la Nueva Mayoría, y defraudadas todas las esperanzas que gran parte de la población puso en su programa, es posible reconocer el carácter regresivo y la crisis del reformismo tradicional chileno[1].
Ante esto debemos situar correctamente el cómo desarrollamos programáticamente el proyecto político libertario y la Ruptura Democrática en tanto expresión estratégica para el período actual, identificando alianzas, sus distintos niveles (estratégicas, tácticas, coyunturales) y realineamientos generales que queremos que ocurran para llegar a una correlación de fuerzas favorables para nuestros objetivos.
Esto nos lleva al problema del instrumento político a ser utilizado, es decir, el Partido. ¿Cómo lo  desarrollamos? ¿Hacia dónde desarrollamos nuestra plataforma programática? Con qué fuerzas nos aliamos para realizar y perspectivar trabajos formales y levantar el Frente de Izquierda y la Vanguardia compartida? ¿En base a qué comenzar a levantar el Movimiento Político y Social Amplio (MPSA)? ¿De qué manera convocamos a los simpatizantes históricos y votantes de los sectores progresistas y reformistas de la Concertación? Todas estas son preguntas que debemos tratar de responder en el camino de la ruptura democrática, en nuestro avance al socialismo.
En este contexto podemos decir que al igual que la democracia protegida que nos rige, los partidos de centro izquierda tradicionales son irreformables desde dentro, o desde su misma coalición, y no cuentan con alguna figura de renombre o presencia nacional que pueda liderar un proceso de izquierdización o renovación positiva en ellos, al estilo de un Corbyn criollo.Cualquier realineamiento y diferenciación del proyecto neoliberal y clientelar de la Concertación  solamente podrá surgir gracias a una fuerte presión político social externa, como la que sólo puede llevar adelante una izquierda revolucionaria unida y radicalmente transformadora.
Es en esta línea que la R.D. va desarrollándose, incorporando aspectos programáticos e institucionales que sientan las bases para una nueva correlación de fuerzas que constituya un escenario favorable para el campo popular. Este programa de transformaciones radicalmente democráticas se expresan en cambios en la estructuración del Estado, de las municipalidades y el poder local, las regiones y una descentralización real, un nuevo código laboral, un sistema de previsión social verdadero, salud, educación, transporte y vivienda como derechos sociales,avanzando en una nueva concepción de la economía y de lo social que constituya un modelo de desarrollo alternativo para Chile, socialista y democrático.
Pero ¿cómo avanzamos en esta construcción? Por parte de la Izquierda Libertaria se ha dejado claro que el protagonismo recae en el movimiento de masas, politizado y articulado en torno de la clase trabajadora, de manera que conquiste nuevas posiciones usando un amplio abanico de herramientas tácticas que incluya la acción directa de masas y la institucionalidad. En cuanto a este último, su uso apuesta a permitir, junto al aprendizaje y experiencia en campañas y administración, el avance legislativo de carácter rupturista, el blindaje de las conquistas populares, el desarrollo democrático de los poderes locales, el apoyo al movimiento de masas y el constante acoso a la resistencia reaccionaria. Develando al mismo tiempo las limitaciones estructurales de nuestra democracia protegida, que es importante recalcar, jamás permitirá por sí sola el avance al socialismo.
En cuanto a la democracia como concepto, tal como ya dijimos en otras ocasiones[2], creemos que debemos reposicionar el concepto como un elemento central en las conquistas de la clase trabajadora, a la que nada se le regala, y que tiene un carácter dinámico, sujeto íntimamente a la lucha de clases y como tal bajo el efecto de las correlaciones de fuerzas presentes en su desarrollo. Así, nuestro programa debe incluirse dentro del contexto de la construcción socialista de la democracia, de una ruptura democrática que la profundice y supere sus limitaciones burguesas, incluyendo la democracia política, social y económica en un todo indivisible con el concepto de socialismo.
Todas estas concepciones debemos ser capaces de materializarlas en un programa político y social de reformas claras, concretas, factibles de instalar y que den cuerpo al ya mencionado nuevo modelo de desarrollo nacional con bajadas regionales y por sector económico, incorporando también una perspectiva de integración regional. Así, y sólo así, se podrá disputar y derrotar el sentido común y proyectual del neoliberalismo.
Falta revisar entonces las herramientas con las que buscaremos lograr estos objetivos. Como Izquierda Libertaria hemos comenzado a clarificar este tema tímidamente en base a las concepciones de Partido de masasFrente de IzquierdaMovimiento Político y Social Amplio.
                Como base entendemos que la lucha por el socialismo en Chile la desarrollamos en el marco de una democracia burguesa inserta en un modelo neoliberal protegido. Entre sus características está su sistema presidencialista y pluripartidista con  una izquierda altamente fragmentada, y dos coaliciones principales –el “bloque en el poder”- deslegitimadas pero férreamente instaladas en el control del sistema. Esto acentúa la imagen de la izquierda como algo marginal, con organizaciones muchas veces con poca o nula capacidad de alterar la realidad a pesar de su crecimiento en el último tiempo, lo que lastra la capacidad de  disputarle al bloque en el poder la conducción política del país.
                Para poder articular la fuerza que permita revertir esta situación, es necesario retomar la idea de una “vanguardia compartida” como elemento de unión democrática en la izquierda, en contraposición al hegemonismo mal entendido, el vanguardismo, el iluminismo y el sectarismo. Esta vanguardia compartida es la que se plasmaría idealmente en el núcleo (pero no necesariamente en el todo) del “Frente de Izquierda”, ya que tiene un carácter de alianza estratégica, principal, siendo una conjunción política que debe avanzar paulatinamente a generar instancias de trabajo de masas y político formal y unificado, creando, y no decretando, al Movimiento Político Social Amplio, que será quien finalmente impulse la Ruptura Democrática.
                Estas 3 dimensiones son diferentes pero están íntimamente ligadas entre sí. Como Izquierda Libertaria, estamos en proceso de levantarnos como una organización política de masas, programática, política y con una perspectiva clasista, representante del proyecto comunista libertario. Entre sus características está el ser democrático y de carácter nacional, de cuadros y militantes, público, dúctil y capaz de afrontar todas las tareas necesarias para la construcción del socialismo en Chile. El Partido de masas debe ser capaz de estar en la institucionalidad y en los movimientos de masas, buscando la síntesis de experiencias, retroalimentando las distintas dimensiones de su quehacer político pero entendiendo que es el movimiento de masas el que le da sentido a la construcción del “camino chileno” al socialismo, estando lo institucional siempre en función de su desarrollo y no al revés.
Por otro lado, el Frente de Izquierda es el lugar en el que, en principio, todas las agrupaciones políticas y sus agrupaciones aliadas, que concordamos con los objetivos del período aunque no sean acuerdos estratégicos, nos encontramos para trabajar juntos en la Ruptura Democrática (aunque se le designe con otro nombre). Así, todos impulsaremos las grandes luchas y  reformas democratizantes y con perspectivas socialistas aunque haya diferencias,  entendiendo que incluso dentro del Frente de Izquierda puede haber subgrupos informales, agrupaciones con las que sí haya alianzas estratégicas  y principales, y otras de carácter más táctico o puntual.
Este espacio contendrá todas las discusiones tácticas y estratégicas que involucren las luchas del período y no puede dedicarse exclusivamente a lo institucional, ya que esta dimensión no está separada de ningún modo de la lucha de masas, por lo que el Frente es por definición una herramienta para todos nuestros ámbitos de acción, y en ningún caso un frente electoral.
Por lo demás, hay que entender que este es un frente político más que social, sobre todo en sus comienzos por el estado del mismo movimiento de masas en Chile, y esto le da ciertas características, como por ejemplo que no es un espacio de masas. Así las cosas, es en este espacio en el que se tendrán que ir formalizando las alianzas entre los distintos partidos y organizaciones, y del que nacerán paulatinamente los espacios de inserción política unitarias por sector que irán volcándose a las masas, integrando más compañeros e independientes, masificando y basificando el trabajo e integrando más capas sociales a la lucha. Este frente debe ser profundamente democrático pero claro en sus objetivos y líneas de acción.
Dentro de éste se formará la “vanguardia compartida”, la que tendrá como función direccionar políticamente la lucha de nuestro pueblo en todos sus aspectos. Este espacio puede contener distintas sensibilidades de izquierda mientras no se contradigan los objetivos del espacio ni se actúe sectariamente, con lo que es posible integrar sectores sanamente reformistas como el Partido Comunista, a Revolución Democrática o grupos de base del Partido Socialista ajenos a las direcciones  y burocracias neoliberales siempre y cuando rompan claramente con las fuerzas del bloque en el poder. Integrar a estos sectores reformistas a nuestra lucha nos permitirá, al mismo tiempo que amplificamos la fuerza, capacidad y presencia del bloque contra hegemónico en la correlación general, restarle sectores sociales y políticos a la oligarquía, la burguesía y al imperialismo. Es decir, aislar a los enemigos de los cambios y la democratización real de la sociedad.
No podemos perder de vista la certeza histórica de que cualquier proceso profundo de reformas estructurales es siempre extremadamente complejo, que necesita mucha claridad, mucho despliegue de fuerza, mucha integración y el sectarismo solamente lo debilita y le regala espacio y sectores a la reacción. Por otro lado, también es necesario abrir un diálogo respetuoso, maduro e igualitario con el amplio espectro de organizaciones, grupos y colectivos situadosa la izquierda de nuestro partido, que muchas veces contiene organizaciones pequeñas pero que representan una parte a considerar en la politización de nuestro pueblo, sobre todo a niveles locales. Su integración a nivel del Frente de Izquierda o del MPSA deberá ser definido de acuerdo al carácter de estas y no podemos imponer a priori en donde será o vetar grupos, a menos que su actitud sea completamente sectaria y violenta hacia el resto de la izquierda.
Dicha política de alianzas será favorable solo si entendemos la importancia de nuestras propias organizaciones, ya que es la fuerza política que desarrollen las organizaciones de izquierda, la única garantía de contener la posibilidad de que el Frente de Izquierda se constituya como un agente de una conciliación de clases y abandone su perspectiva socialista. La tarea de conducir el espacio es nuestra, y no de los demás. En resumen, es necesaria la construcción de una política de alianzas con ambos sectores, pero el éxito de dicho proceso depende tanto de apertura y disposición de dialogar de otras fuerzas, así como de nuestro compromiso, responsabilidad y ética para concretar los diferentes acuerdos y trabajos en común, y de ser lo suficientemente maduros como para que ningún grupo arrolle a otro simplemente por tener una estructura de mayor tamaño e inserción.
En fin, retomando lo dicho sobre el surgimiento de espacios de inserción comunes, es importante recalcar que ninguna alianza política que levantemos puede ser de carácter exclusivo, como por ejemplo, meramente electoral o limitada a la lucha sindical o territorial. Nuestra estrategia es integrada, con preponderancia en el trabajo de masas, y nuestros organismos y alianzas deben ser IGUALES o se correrá el riesgo de que algún aspecto de esto se desbanque y fracasará la estrategia al particularizarse en demasía.
Por último, el MPSA, pieza central de la lucha por la Ruptura Democrática y del socialismo, es el espacio político social y de masas por excelencia, y como tal va mucho más allá de una mera alianza partidaria. Este es el espacio en el cual se agrupa el movimiento de masas en su proceso de politización y masificación, y por tanto no puede comenzar como un movimiento ultra politizado ni como un mero rejunte de organizaciones políticas y sus aparatos de masas. El Movimiento Político Social Amplio NO se decreta, se desarrolla a partir del movimiento de masas real, amplio, vivo, y existente.
Aunque puede nacer de la propia masificación del Frente de Izquierda, de su basificación y retroalimentación con las organizaciones de masas del pueblo, también puede ser fruto de un proceso paralelo entre el desarrollo de las vanguardias partidarias y del movimiento de masas, sobre todo de un renacimiento de la clase trabajadora organizada, que luego entroncaría con las organizaciones políticas. Pero nunca puede ser una imposición de estas últimas, ya que coartarían enormemente su potencial masivo y de representación y atracción política.
Este sería un típico error trotskista de sobre politización de un espacio de masas. A diferencia de aquellos, nosotros entendemos que el MPSA debe ser por necesidad amplio, popular, e ir más allá de quienes comparten conscientemente nuestros objetivos, y es en su interior en donde debemos instalar, propagar y finalmente hegemonizar la lucha política e ideológica, de cara a las masas  y al pueblo. Los únicos requisitos para integrarse deben ser el aspecto radicalmente democrático, político social, popular, el acuerdo programático y no estar en contra de la política  ni los partidos.
El MPSA no tiene una dirección política decretada de origen si no en disputa, lo cual es INEVITABLE dado su carácter político social, y no partidario. Es NUESTRA responsabilidad el ser capaces de impregnarle de los objetivos acordes a nuestra estrategia, y esta es una tarea permanente del partido y del frente de izquierda. Este mismo proceso de lucha política de masas el que presionará a los aliados reformistas y progresistas a definirse finalmente por el socialismo de matriz democrática o la reacción, permitiéndonos anular sus tendencias centristas, e integrando a todos sus sanos elementos al bando popular, nacional, democrático y revolucionario. Porque esta es la finalidad última del MPSA, ser la expresión de la lucha política de masas en todos los frentes, hacia la Ruptura Democrática, y como tal debe estar en la acción directa de masas de todo tipo así como en la lucha institucional.
Por esto es que los niveles de organización y politización dentro de nuestra estrategia para el período son distintos pero indivisibles en su perspectiva. No puede haber un MPSA claro y con independencia de clases sin un Frente de Izquierdas sano y que se dirija hacia la construcción de una vanguardia revolucionaria compartida. Y esta no podrá cumplir con el objetivo de la Ruptura Democrática sin el concurso de un fuerte partido de masas libertario, que participe de él y del MPSA junto al resto de la izquierda chilena, superando divisiones  y sectarismos artificiales. La confusión de estos niveles de organización, así como caer en desviaciones como el electoralismo vacío y el oportunismo, o como el subvalorar el rol de lo institucional, puede hacernos fracasar en nuestro empeño.
                Para finalizar, hay que puntualizar que las tareas del momento son dar los primeros pasos hacia la estructuración del Frente de Izquierda y del MPSA, clarificando sus distintas pero complementarias características. EL CARÁCTER INSTRUMENTAL Y OPORTUNISTA DE LAS ALIANZAS EN LA IZQUIERDA DEBE TERMINAR para dar paso a una construcción seria que surge de los profundos acuerdos programáticos que tenemos con el resto de la izquierda, por generales que puedan parecernos, y debemos realizarla hacia las organizaciones cercanas en primer lugar, y tanto hacia las más grandes como a las más pequeñas. Demás está recalcar que la invitación es a conversar pero con objetivos claros, acuerdos y proceso de creación de espacios comunes, Frente de izquierda y futuro MPSA, elementos de lucha de masas, acción directa e institucionalidad.
Hoy más que nunca la lucha por el socialismo necesita claridades, organización, disciplina y política, la hora de dejar atrás nuestra adolescencia política y las meras consignas ha llegado.
[1] Se usa el concepto reformismo y reformista en su acepción positiva, es decir como alguien que busca reformas, cambios radicales de la situación actual, y no en tanto reaccionarismo “camuflado” que busca retrasar algún hipotético cambio revolucionario a través de meros ajustes.
[2] Revisar el artículo “La democracia de masas: una apuesta libertaria para el actual período”, disponible en internet.
FUENTE: http://www.perspectivadiagonal.org/ruptura-democratica-en-chile-partido-frente-de-izquierda-y-mpsa/#_ftn1

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Columna: Nuestra apuesta para la FECH 2016, por Vicente Valle


Esta semana comenzaron las campañas para las elecciones de la FECH 2016, donde me ha correspondido encabezar la Lista E “Creando: organización para un nuevo Chile”, conformada por el Frente de Estudiantes Libertarios, Izquierda Autónoma, Convergencia de Izquierda y Fuerza Colectiva. Esta elección tendrá una importancia enorme para el Movimiento Social, considerando que el próximo año se tramitará la reforma educacional y comenzará el proceso constituyente. Así, desde nuestra alianza, la apuesta libertaria es por afrontar esta coyuntura iniciando un camino de refundación de la FECH, tarea que sabemos sobrepasa a una directiva y que debe acompasarse con cada momento concreto de lucha social. El 2011 maduraron corrientes de cambio que indudablemente dieron protagonismo a nuestra federación y sus dirigencias. Ha llegado la hora de contribuir a que esas corrientes decidan los destinos de Chile, lo que impone una FECH estructurada por la nueva cultura de sus bases. Una organización que sea ejemplo de eficacia en la lucha por Derechos Sociales, como el de una educación pública, gratuita y de calidad. Las familias trabajadoras del país no pueden esperar más. Son justamente ellas las que, con su intensificado trabajo, solventan estos derechos.
Tenemos un punto de partida difícil. Las y los estudiantes críticas/os del proyecto de reforma de la Nueva Mayoría, nos presentamos en seis listas separadas. Las izquierdas chilenas suelen establecer diferencias estratégicas fundadas en sesudos debates, sin embargo, no creo que dichas diferencias justifiquen darnos este lujo de dividirnos frente a un gobierno como el actual: injusto con sus propias/os trabajadoras/es, continuador de políticas sociales focalizadoras (sostenidas por el ministro Barraza del PC) y sumiso frente a la colusión del gran empresariado. Aun así, estamos humildemente convencidos de tener la capacidad para promover la unidad más importante en estas condiciones: aquella que se logra desde la base estudiantil. Desde esa construcción unitaria proponemos articular las luchas por un sistema estatal que garantice la educación como derecho social.
El carácter libertario de nuestra apuesta nos compromete a analizar, rigurosamente y desde abajo, la calidad de todos los posibles avances puestos en juego. Nuestra apuesta federativa reconoce que el avance hacia la justicia social requiere un largo desarrollo del poder popular, articulando conquistas concretas en el presente, con prácticas sociales que anticipen la sociedad futura. Las conquistas no pueden consistir, ni en migajas, ni en pan que sea hambre para mañana; deben ser logros colectivos que restituyan a las familias trabajadoras chilenas la riqueza que producen y la soberanía que las clases dominantes le arrebatan. Atribuirle un papel relevante a las conquistas sociales concretas, al cumplimiento de nuestras demandas, no implica caer en un “todo o nada” reivindicativo.
Un ejemplo de conquista concreta y avance, obtenido durante nuestra anterior presidencia en la FECH, fue la eliminación del DFL2, norma que prohibía la organización estudiantil en las universidades privadas. Allí hicimos política desde el Movimiento, imponiendo una decisión socialmente vinculante para que ninguna autoridad universitaria pueda hoy apelar a la legalidad en la represión de organizaciones estudiantiles (lo que, de seguro, se seguirá intentando). En cambio, NO consideramos como un avance la gratuidad vía becas que ha ofrecido recientemente el gobierno. Nuestra posición es clara y concordante con la del Movimiento: la gratuidad debe implicar financiamiento directo a las universidades, especialmente a las del Estado.
Proponemos también superar la práctica dirigencial de transformar las demandas estudiantiles en meras palancas que supuestamente apuran -por arriba- la crisis de la política tradicional. Esto es sostenido por una corriente de pensamiento que ha sobre-intelectualizado a una valiosa franja de estudiantes, para quienes hoy la política estudiantil debería empujar un reajuste del bloque en el poder, con la vana esperanza de un nuevo pacto social. Rechazamos tajantemente las posiciones que desconfían de los propios estudiantes y creen que todo se puede solucionar llegando por arriba a los salones de esa política; pero al mismo tiempo planteamos terminar con el temor de que la política contingente contamine la pureza de las luchas sociales, temor que suele cerrar caminos a los avances urgentemente requeridos por las familias trabajadoras chilenas.
Más fuertemente aun, proponemos combatir los intentos de aliar al Movimiento Estudiantil con el gobierno, para supuestamente “enfrentar juntos a los enemigos de las reformas”. Si alguien ha saboteado el fin de la segregación económica en la educación, así como el reemplazo del lucro por la responsabilidad del Estado, ha sido el Gobierno de la Nueva Mayoría. Sabemos que los avances concretos no se alcanzarán reduciéndonos al lobby parlamentario. Las victorias provendrán de la fuerza desplegada por el Movimiento Estudiantil en las más diversas formas y escenarios.
El actual reflujo del Movimiento se explica, tanto por sus años de contienda, como por la inflexión que lo atraviesa: ya no se trata más de las secuelas o los resabios del 2011, sino de una nueva fase en que debemos ponernos en posición de forzar transformaciones sustantivas al modelo y no solo sembrar denuncias (a menudo cosechadas por los poderosos). Es por ello que la apuesta libertaria busca iniciar la refundación de la FECH revitalizando la participación en los espacios locales; tal como concretamente contribuimos a hacer, desde nuestras reducidas posibilidades en la Secretaría de Comunicaciones FECH, este año 2015. Son las y los estudiantes, desde cada uno de sus espacios, quienes empujarán los cambios que Chile necesita.
Destacamos que nuestra apuesta encarna la necesaria independencia política respecto del gobierno nacional, pero también respecto de la rectoría y del senado universitario, situándonos siempre junto a las aspiraciones de las y los estudiantes. Los movimientos sociales no requieren de embajadores oficialistas. Cuando estos se presentan, ocurren hechos como los que este año han afectado al magisterio nacional y su desoído 97% de rechazo al proyecto de carrera docente.
Las demandas del Movimiento Estudiantil han demostrado ser antagónicas al proyecto de sociedad y país que encarna la Nueva Mayoría. Mientras el gobierno defiende los pilares del sistema educacional neoliberal, el Movimiento Estudiantil ha propuesto en un documento oficial de la Confech, un Nuevo Sistema Nacional de Educación Pública. Ese documento, invisibilizado por los gobernantes, define una manera firme y criteriosa de poner fin a la educación de mercado, así como la instauración de un sistema basado en los principios del derecho social: gratuito, universal y de calidad. Llevar adelante este proyecto requiere independencia con un gobierno rechazado por las mayorías sociales que han empujado los cambios, y también con autoridades universitarias que no terminan de definirse.
Concluyo reiterando que nuestra apuesta es la alternativa de unidad de la izquierda. En este contexto de absurdo fraccionamiento, apostar por los acuerdos colectivos, por generar consensos y por respetar las particularidades como condición para remar en conjunto, no es mero tacticismo, sino un ejemplo de lo que creemos es la principal herramienta para empujar los cambios: la unidad. Así, nuestra apuesta a la FECH, anticipada por el ejercicio mismo de la conformación de nuestra Lista “E”, busca ser un aporte a esa unidad y ser un articulador coherente de los deseos y aspiraciones de los y las estudiantes chilenas.
Entonces, ésta no es cualquier elección de la FECH. La lista ganadora deberá enfrentar el cierre de la coyuntura que se abriera el 2011 buscando una reforma educacional en franca ruptura con la herencia dictatorial. Para un año que marcará el destino mediato de los y las estudiantes chilenas (y de las deudas con que la mayoría iniciará el ejercicio de sus profesiones), nuestra apuesta es clara: fortalecimiento de las bases sociales universitarias, inicio de un camino refundacional para la Federación, unidad de la izquierda y de los movimientos sociales, independencia política del gobierno y de la rectoría, avances concretos para las estudiantes y sus familias, educación como derecho social.
FUENTE: The Clinic online.

martes, 3 de noviembre de 2015

No sea weon. Por Palomo Arriagada.


Imagínese que no hay Paro en el Registro Civil. Todo es "normal".

La pregunta que haré es: ¿A qué hora es más conveniente llegar a sacar papeles, carnet o un documento cualquiera?

Ojalá decidas hacerlo a las 8 de la mañana porque ya a las 10 la weá está llena, y si llegas a las 12 sacas el número 358 y van recién en el 91.

Ahora, póngase en el lugar de aquellos trabajadores bajo presión que tienen que atender a más de 500 weones diarios con la cara larga por la espera, por culpa de ineficiencia de un Estado que hoy no invierte en recursos humanos y que no cumple con lo que se le comprometió a los funcionarios y que cada vez más invierte menos en las políticas de servicio público (vea los consultorios, los abuelitos que llegan a las 6 de la mañana y que le dan hora para 6 meses más).


Pero no sea más weoooooon, NO VAYA AL REGISTRO CIVIL SI ESTÁ EN PARO, Y NO LE COMPRE TANTO A LA TV NI A LAS AUTORIDADES QUE INTENTAN CRIMINALIZAR Y ESTIGMATIZAR A LOS TRABAJADORES DE CHILE.......

Y no faltan los wns que piensan que Nelly Diaz es de derecha cuando fue la primera que se paró a Sebastián Piñera.

¿Y los que tantos reclaman por este PARO, le irán a tirar monedas o a insultar a Eleodoro Matte?

¿Ya dejaron de comprar en Salco Brand, Cruz Verde y en la Ahumada?

¿Ya no entran por las ofertas imbatibles de La Polar?

¿Sacarán sus platas de la AFP y se sumarán a las protestas por el robo a su dinero por haber trabajado más de 40 años?

VÁYANSE AL CARAJO ¡ARRIBA LOS TRABAJADORES Y LOS QUE LUCHAN POR LO JUSTO!

Organizaciones anuncian acciones legales ante aprobación de central Mediterráneo en cuenca del río Puelo

Ante decisión de este lunes del Comité de Ministros.



o   Puelo sin Torres” informó que recurrirán al Tribunal Ambiental de Valdivia “con el fin de develar las múltiples irregularidades y carencias que ha tenido tanto el proceso como el propio estudio de impacto ambiental”.
o   “Nuestro objetivo final es que este proyecto no se materialice, su aprobación es solo una dificultad que sabremos sortear” señalaron desde la organización.

Luego de analizar en profundidad la información que liberó el ministerio del Medio Ambiente sobre la aprobación, esta mañana, de la central Mediterráneo en la cuenca del río Puelo, los impulsores de la campaña “Puelo sin Torres” anunciaron las acciones legales que impulsarán para detener la iniciativa.
El presidente (s) de la Corporación Puelo Patagonia, Rodrigo Condeza, explicó que aunque la decisión del Comité de Ministros “es una bofetada al interés nacional de avanzar hacia un país que no sacrifique ecosistemas únicos y emprendimientos locales y sustentables para favorecer negocios privados dañinos al interés público y al patrimonio natural, tenemos claro que el objetivo final es que este nefasto no se materialice.  Su aprobación ambiental es solo una dificultad que sabremos sortear”
En este sentido, señaló que “la historia ambiental está plagada de iniciativas que tuvieron el apoyo de ciertas instituciones y autoridades, y que nunca se concretaron.  Por ello trabajaremos para demostrar que este es un mal proyecto, innecesario y que afecta una de las zonas más valiosas del territorio nacional.  Eso es lo que haremos como organizaciones ciudadanas”.
Al respecto la abogada Macarena Soler explicó que “llevaremos este caso a los tribunales ambientales con el fin de develar las múltiples irregularidades y carencias que ha tenido tanto el proceso como el propio estudio de impacto ambiental”.  En estos momentos se están preparando las presentaciones a realizar ante el Tribunal Ambiental de Valdivia, para lo cual los ciudadanos y organizaciones cuyas reclamaciones no fueron consideradas tienen un plazo de 30 días.
En este sentido desde Puelo Patagonia calificaron de “irrisorias las condiciones que puso el Comité de Ministros, donde con respecto a las torres solicitan cambiar la forma pero sin hacerse cargo del impacto de los ecosistemas, por ejemplo, con la tala de bosque nativo”.
Las organizaciones preocupadas de la defensa de la cuenca del río Puelo señalaron que la aprobación de este proyecto es una prueba más de que el sistema de evaluación de impacto ambiental es, por decir lo menos, poco riguroso y que no busca la protección del medio ambiente y la naturaleza del país.  “Es solo un trámite para aprobar inversiones con bajo nivel de exigencia y resguardo ambiental” puntualizaron.
Por último, recalcaron que seguirán “en la defensa de los territorios ante un modelo extractivista que arrasa con ecosistemas y comunidades, porque es un compromiso con el presente y el futuro, y en eso no claudicaremos juntos a los chilenos y chilenas conscientes”.

 FUENTE: Patricio Segura.