1- el neoliberalismo no pierde y la batalla electoral es un escenario de los muchos en los que se desenvuelve la lucha de clases, un proyecto emancipador, no puede dejar solo al arbitrio de las urnas, la consolidación de los procesos de desmontaje del orden impuesto.
2- los blindajes del modelo, son aquellos
mecanismos que permiten, dentro de la legalidad, la implementación de
estrategias ilegítimas destinadas a enrielar los procesos que amenazan la
estabilidad del capital y sus expresiones políticas (los partidos adscritos al
bloque en el poder). Un proceso que abra posibilidades, debe dirigirse a
destruir esos blindajes que amenazarán cualquier apuesta que tengamos desde la
izquierda, dentro del Estado o fuera de él, incluido el modelo de desarrollo y
modelo económico, algo particularmente preocupante en Chile.
3- la constitución de mayorías, es indispensable para la consecución de
objetivos, en este caso, la restauración del orden en medio de una ofensiva
potente en la región de parte de las fuerzas políticas conservadoras, eso la
derecha y los sectores conservadores lo tienen muy claro, y hoy, luego de lo
sucedido en Argentina, Venezuela y Bolivia, le hacen recobrar coraje a la
alicaída derecha continental. La falta de una constitución de fuerzas progresistas
a escala continental, que le haga sentido a la gente en paralelo a la fuerte
construcción de referentes de base capaces de acelerar los procesos de recambio
político de las organizaciones de vanguardia, ha contribuido también al relato
de que no existe camino por fuera del capitalismo y su corrupción.
4- los medios de comunicación nos demuestran una y otra vez, que son un campo
de batalla fundamental en la construcción de sentido. Volverlos intocables, no
alterar su orden interno, generan tarde o temprano la incapacidad de responder
mediáticamente a los ataques infundados: "repite una mentira
adecuadamente 100 veces y ... "
5- Es indispensable situar la defensa del proceso en las bases organizadas de
los partidos de vanguardia, si ya se generó el "impeachment"
sin pruebas concretas y solo con un "sentido" instalado, nada
dice que se pueda defender, adecuadamente, la presidencia, hoy más que nunca la
realidad nos enseña que solo la democracia directa y de masas, anclada en
profundos procesos de generación de conciencia política al nivel más amplio
posible, será la mejor trinchera desde la que defendernos cuando arrecie la
ofensiva de las castas privilegiadas.
Pável Guíñez Nahuelñir
Izquierda Libertaria
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